Esta nueva forma de jugar la postemporada nos ha brindado a los amantes de la pelota la dicha de observar enfrentamientos emocionantes en esta etapa, al punto de estar empatadas a 2 ganados por bando, dejando ambas series como una serie de 3 juegos para llevarse un par y clasificar a la final. Contrario a todos aquellos que auguraban una fácil clasificación para Navegantes y tiburones, las cosas han estado bastante parejas, no obstante viene la segunda vuelta de los lanzadores abridores, que en ninguno de los 4 casos ofrecen garantías.
Magallanes despachó a Caribes a fuerza de batazos frente a Negrín, quien venía de detener a la fuerte toletería escuala y la no menos peligrosa margariteña, lo que los deja sin sus dos mejores lanzadores de experiencia en estas lides, al sufrir la partida de Thompson por igual. La tribu debe volver a Valencia con la esperanza de que sus lanzadores mantengan la constancia ( lograron conseguir la victoria en los juegos 2 y 3 con quienes, en teoría, lanzarán los juegos 6 y 7) pero con el handicap de que su bullpen fue explotado indiscriminadamente anoche, lo que hace aún mas necesario que el abridor complete al menos 6 entradas efectivas.
Por parte de los navegantes, ganar un juego de la manera en que lo hicieron y con su carta de menor cartel en el montículo como lo es Lively, debe representar un empuje lo bastante fuerte para, nuevamente, buscar matar una serie en su feudo con el apoyo de su gente. La explosión ofensiva que tuvieron los bates turcos borra el sabor de boca que dejaron en el segundo y tercer juego, pero tampoco hay que creer que siempre batearán de esa manera. Su bullpen, de ser usado poco hoy, representa un escollo bastante duro para Caribes en los juegos 6 y 7, ya que se atraviesa un día de descanso que les permite recuperar energías sin problemas.
Por otra parte, la serie entre Tiburones y Tigres presenta novedades que pueden inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Los salados no contaban con la partida de Herrera, lo que les deja a Rubi Silva como seguro de vida junto a Carlos Sánchez para tapar esa fuga, pero su rotación presenta dudas que le otorgan mas peso a lo que pueda hacer su ofensiva. La debacle de Candelario, y la derrota de Bencomo, quien le había lanzado muy bien a los Tigres, deja la responsabilidad en el mexicano González y el hasta ahora poco efectivo Boscán para frenar a la toletería bengalí lo suficiente para que Gárate, Hamburger y Kussmaul terminen el trabajo sin mayores problemas, pero de meterse en problemas temprano, la ansiada final puede tener un camino bastante difícil para la Guaira en estos juegos .
Los tigres son quienes mas preocupaciones tienen en su intento de alcanzar la final. Usar a Bibens-Dirx con 3 días de descanso habla de lo necesitados que están en su rotación, que ahora suma la partida de Zárate quien había sido su caballo de batalla esta zafra. En esta serie de 3, donde han tenido que apelar a su bullpen con resultados muy buenos, asi como actuaciones para el olvido, que sus abridores garanticen al menos 5 entradas en par de compromisos los ayudaría mucho, sin embargo su ofensiva, estructurada hombre por hombre tanto en la alineación como en la banca para dar batazos bajo presión, debe seguir carburando como lo ha venido haciendo en esta postemporada, ya que desinflarse en el peor momento sería sellar su destino frente a los escualos.
Magallanes despachó a Caribes a fuerza de batazos frente a Negrín, quien venía de detener a la fuerte toletería escuala y la no menos peligrosa margariteña, lo que los deja sin sus dos mejores lanzadores de experiencia en estas lides, al sufrir la partida de Thompson por igual. La tribu debe volver a Valencia con la esperanza de que sus lanzadores mantengan la constancia ( lograron conseguir la victoria en los juegos 2 y 3 con quienes, en teoría, lanzarán los juegos 6 y 7) pero con el handicap de que su bullpen fue explotado indiscriminadamente anoche, lo que hace aún mas necesario que el abridor complete al menos 6 entradas efectivas.
Por parte de los navegantes, ganar un juego de la manera en que lo hicieron y con su carta de menor cartel en el montículo como lo es Lively, debe representar un empuje lo bastante fuerte para, nuevamente, buscar matar una serie en su feudo con el apoyo de su gente. La explosión ofensiva que tuvieron los bates turcos borra el sabor de boca que dejaron en el segundo y tercer juego, pero tampoco hay que creer que siempre batearán de esa manera. Su bullpen, de ser usado poco hoy, representa un escollo bastante duro para Caribes en los juegos 6 y 7, ya que se atraviesa un día de descanso que les permite recuperar energías sin problemas.
Por otra parte, la serie entre Tiburones y Tigres presenta novedades que pueden inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Los salados no contaban con la partida de Herrera, lo que les deja a Rubi Silva como seguro de vida junto a Carlos Sánchez para tapar esa fuga, pero su rotación presenta dudas que le otorgan mas peso a lo que pueda hacer su ofensiva. La debacle de Candelario, y la derrota de Bencomo, quien le había lanzado muy bien a los Tigres, deja la responsabilidad en el mexicano González y el hasta ahora poco efectivo Boscán para frenar a la toletería bengalí lo suficiente para que Gárate, Hamburger y Kussmaul terminen el trabajo sin mayores problemas, pero de meterse en problemas temprano, la ansiada final puede tener un camino bastante difícil para la Guaira en estos juegos .
Los tigres son quienes mas preocupaciones tienen en su intento de alcanzar la final. Usar a Bibens-Dirx con 3 días de descanso habla de lo necesitados que están en su rotación, que ahora suma la partida de Zárate quien había sido su caballo de batalla esta zafra. En esta serie de 3, donde han tenido que apelar a su bullpen con resultados muy buenos, asi como actuaciones para el olvido, que sus abridores garanticen al menos 5 entradas en par de compromisos los ayudaría mucho, sin embargo su ofensiva, estructurada hombre por hombre tanto en la alineación como en la banca para dar batazos bajo presión, debe seguir carburando como lo ha venido haciendo en esta postemporada, ya que desinflarse en el peor momento sería sellar su destino frente a los escualos.