Sergio Lopez
Version extendida de la nota publicada en @LaArepaDigital
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Caribes de Anzoátegui le respondió a los Tigres y a los Navegantes con un movimiento de menor envergadura, pero de igual importancia, al adquirir los servicios de Yeiper Castillo, lanzador considerado el número 1 en las últimas temporadas para las Águilas, a cambio de su segundo catcher, Jesús Flores, y el novato Yohel Pozo.
La tribu se agencia el lanzador de cabecera del cual carece desde que el zurdo José Álvarez se estableció como una de las piezas más usadas en el bullpen de los Angelinos en MLB, además de un verdadero As para la primera mitad de la temporada, mientras que las Águilas del Zulia reciben al receptor Flores, careta que reencontró su forma en el estadio Chico Carrasquel tras un paso irregular con el madero en Magallanes, y quien les brinda solidez en la línea central del cuadro, haciendo equipo en teoría con Ronald Torreyes, Yangervis Solarte y Álex Romero, coincidencialmente todos provenientes de los TIgres de Aragua en los cambios mas recientes anunciados por los aguiluchos.
Ahora bien, qué tan trascendental resulta este movimiento para las aspiraciones de los pieles verdes?
Caribes era hasta la noche de este martes, el único equipo cuyo roster no incluia al menos un abridor criollo regular, por lo que la llegada de Castillo les brinda un bálsamo para componer su importación en torno a su nueva figura, además de que el mencionado diestro no pertenece a ninguna granja de MLB, lo que lo libra de las restricciones propias de los prospectos. Por otra parte la llegada de Castillo les brinda la posibilidad de probar a un 5to abridor criollo, bien sea de ligas menores o de liga independiente, con un margen de error mucho mayor, sin tener que poner sobre sus hombros la presión de ser el nativo que deba dar la cara.
Por su parte, Zulia gana a un receptor de experiencia y con un bate lo suficientemente explosivo para aportar en su renovado lineup desde el inicio, además de un guante probado, incluso por encima de José Gil, y quien puede aportar unas 4 o 5 temporadas en el nido, suficiente para desarrollar otros valores de la posición. La parte negativa para los emplumados radica en la pérdida de su líder en la rotación, sumado a la previa partida de Torres, lo que les deja a Boscán, hasta ahora, como único seguro en su pitcheo abridor, y eso si este logra lanzar más de 8 aperturas.
Zulia, hasta el momento, logró sellar las fisuras en la línea central que preocupaban a Dorante, y presenta un equipo bastante balanceado en cuanto a edad y rendimiento se refiere, mientras que la tribu recibe lo que buscaba tras el fallido intento de recibir a Álex Torres, pero es lo que hay bajo este pacto lo que aún pone a soñar a la tribu: recibieron a un abridor, a un costo relativamente bajo, y aún no han salido de su pieza más pesada como lo es José Castillo, quien despierta interés en por lo menos 4 escuadras en la LVBP, además de que Edgmer Escalona sigue en el mercado, y la tribu cuenta con suficiente material para ofertar, incluyendo el propio Castillo, quien despierta cierta curiosidad en Tiburones desde el retiro de César Suárez.
La tribu se agencia el lanzador de cabecera del cual carece desde que el zurdo José Álvarez se estableció como una de las piezas más usadas en el bullpen de los Angelinos en MLB, además de un verdadero As para la primera mitad de la temporada, mientras que las Águilas del Zulia reciben al receptor Flores, careta que reencontró su forma en el estadio Chico Carrasquel tras un paso irregular con el madero en Magallanes, y quien les brinda solidez en la línea central del cuadro, haciendo equipo en teoría con Ronald Torreyes, Yangervis Solarte y Álex Romero, coincidencialmente todos provenientes de los TIgres de Aragua en los cambios mas recientes anunciados por los aguiluchos.
Ahora bien, qué tan trascendental resulta este movimiento para las aspiraciones de los pieles verdes?
Caribes era hasta la noche de este martes, el único equipo cuyo roster no incluia al menos un abridor criollo regular, por lo que la llegada de Castillo les brinda un bálsamo para componer su importación en torno a su nueva figura, además de que el mencionado diestro no pertenece a ninguna granja de MLB, lo que lo libra de las restricciones propias de los prospectos. Por otra parte la llegada de Castillo les brinda la posibilidad de probar a un 5to abridor criollo, bien sea de ligas menores o de liga independiente, con un margen de error mucho mayor, sin tener que poner sobre sus hombros la presión de ser el nativo que deba dar la cara.
Por su parte, Zulia gana a un receptor de experiencia y con un bate lo suficientemente explosivo para aportar en su renovado lineup desde el inicio, además de un guante probado, incluso por encima de José Gil, y quien puede aportar unas 4 o 5 temporadas en el nido, suficiente para desarrollar otros valores de la posición. La parte negativa para los emplumados radica en la pérdida de su líder en la rotación, sumado a la previa partida de Torres, lo que les deja a Boscán, hasta ahora, como único seguro en su pitcheo abridor, y eso si este logra lanzar más de 8 aperturas.
Zulia, hasta el momento, logró sellar las fisuras en la línea central que preocupaban a Dorante, y presenta un equipo bastante balanceado en cuanto a edad y rendimiento se refiere, mientras que la tribu recibe lo que buscaba tras el fallido intento de recibir a Álex Torres, pero es lo que hay bajo este pacto lo que aún pone a soñar a la tribu: recibieron a un abridor, a un costo relativamente bajo, y aún no han salido de su pieza más pesada como lo es José Castillo, quien despierta interés en por lo menos 4 escuadras en la LVBP, además de que Edgmer Escalona sigue en el mercado, y la tribu cuenta con suficiente material para ofertar, incluyendo el propio Castillo, quien despierta cierta curiosidad en Tiburones desde el retiro de César Suárez.