Quizás, con un octubre menos negativo, la historia hubiese cambiado. Si Victor Moreno hubiese llegado antes, o si la rotación puros criollos se hubiese aplicado desde el comienzo, se hubiese escrito de otra manera. Ganarte el respeto de toda la liga, luego de arrancar con 10 derrotas en menos de 15 juegos no es un regalo, y Cardenales de Lara puso a rezar a varios durante la segunda quincena de noviembre y el mes de diciembre completo. La ofensiva roja se volvió una trituradora que no dejó nada a su paso, mientras su pitcheo sometía a toda toletería que encontraba, sin embargo, sucumbió ante Tiburones tal como sucedió con Caracas.
Para este año, además de contratar a Luis Dorante como manager, Lara consiguió a Héctor Giménez vía cambio, por un Peraza que quizás jugaría 2 o 3 temporadas antes de desaparecer de la LVBP. El ambidextro, junto a Carlos Rivero, promete una buena cuota de HR en Barquisimeto, lo que debe tener muy contentos a sus parciales. Bates como Jairo Pérez y un emotivo reencuentro, y probable despedida, de los hermanos Istúriz alrededor del segundo saco, le dan a cardenales suficientes pergaminos para luchar un puesto cimero temprano, para rematar cuando Valbuena y Orlando se reporten en Diciembre.
En el pitcheo, no dejaron material sensible libre, pero tampoco tuvieron ninguna incorporación rimbombante. Siguen teniendo el honor de ser el único equipo que puede armar una rotación puros criollos de calida y experimentada ( Rivero, Jiménez, Molina, Figueroa, Sánchez) sin embargo apostaron por importados para completarla, fortaleciendo su bullpen y tapando las ausencias de Moreno y Serrano, cabalitos de batalla la zafra pasada.
La mayor muestra de profundidad larense, pero también un arma peligrosa, es la oportunidad a la juventud que el manager Dorante señaló. Incorporar a 17 novatos en el roster es algo que demuestra la profundidad que tiene el equipo, y lo dispuestos que están a confeccionar una escuadra donde entre 40 y 50 peloteros puedan responder al campeonato, sin embargo también hay que acotar que ejemplos hay muchos, donde novatos deben tragar 50 turnos en blanco antes de comenzar a responder, y eso para cardenales es un riesgo que están dispuestos a correr.
De culminar la primera vuelta entre los primeros 4, se deben contar a los Cardenales entre los clasificados. Pero si los novatos no son capaces de soportar la presión, deben cuidarse de los otros equipos que también se han armado con respecto a la última zafra. Ya no se enfrentarán a unos Bravos con mas dudas que certezas, ni a unos Leones con problemas internos, mucho menos a unos Tiburones sin rumbo en la rotación como el año pasado en l aparte baja de la tabla.
Lo bueno: La llegada de Giménez tapa el hueco que siempre ha dejado vacante Montero, y les brinda un bate que solventará el lineup hasta que llegue Orlando.
Lo malo: apostaron por su juventud en el inicio, y de no poder responder en tan valioso momento se pueden complicar mas de lacuenta en la segunda ronda cuando todo el mundo esté armado con grandesligas .
Probabilidades de clasificar: Moderadas
Para este año, además de contratar a Luis Dorante como manager, Lara consiguió a Héctor Giménez vía cambio, por un Peraza que quizás jugaría 2 o 3 temporadas antes de desaparecer de la LVBP. El ambidextro, junto a Carlos Rivero, promete una buena cuota de HR en Barquisimeto, lo que debe tener muy contentos a sus parciales. Bates como Jairo Pérez y un emotivo reencuentro, y probable despedida, de los hermanos Istúriz alrededor del segundo saco, le dan a cardenales suficientes pergaminos para luchar un puesto cimero temprano, para rematar cuando Valbuena y Orlando se reporten en Diciembre.
En el pitcheo, no dejaron material sensible libre, pero tampoco tuvieron ninguna incorporación rimbombante. Siguen teniendo el honor de ser el único equipo que puede armar una rotación puros criollos de calida y experimentada ( Rivero, Jiménez, Molina, Figueroa, Sánchez) sin embargo apostaron por importados para completarla, fortaleciendo su bullpen y tapando las ausencias de Moreno y Serrano, cabalitos de batalla la zafra pasada.
La mayor muestra de profundidad larense, pero también un arma peligrosa, es la oportunidad a la juventud que el manager Dorante señaló. Incorporar a 17 novatos en el roster es algo que demuestra la profundidad que tiene el equipo, y lo dispuestos que están a confeccionar una escuadra donde entre 40 y 50 peloteros puedan responder al campeonato, sin embargo también hay que acotar que ejemplos hay muchos, donde novatos deben tragar 50 turnos en blanco antes de comenzar a responder, y eso para cardenales es un riesgo que están dispuestos a correr.
De culminar la primera vuelta entre los primeros 4, se deben contar a los Cardenales entre los clasificados. Pero si los novatos no son capaces de soportar la presión, deben cuidarse de los otros equipos que también se han armado con respecto a la última zafra. Ya no se enfrentarán a unos Bravos con mas dudas que certezas, ni a unos Leones con problemas internos, mucho menos a unos Tiburones sin rumbo en la rotación como el año pasado en l aparte baja de la tabla.
Lo bueno: La llegada de Giménez tapa el hueco que siempre ha dejado vacante Montero, y les brinda un bate que solventará el lineup hasta que llegue Orlando.
Lo malo: apostaron por su juventud en el inicio, y de no poder responder en tan valioso momento se pueden complicar mas de lacuenta en la segunda ronda cuando todo el mundo esté armado con grandesligas .
Probabilidades de clasificar: Moderadas