La tribu oriental lo hizo. Tras comenzar la ronda regular de manera bastante irregular, la llegada de Omar López no hizo mas que asentar las bases para un título que lucía imposible si se revisan a fondo los números dejados por su pitcheo hasta la serie contra Magallanes. El timonel llegó designando roles a las piezas que tenía, conocedor de que el 6to lugar de la tabla estaba a mano y una mala racha de los rivales los podía subir mas, y allí radica el secreto de las victorias de Caribes. Breto pasó de ser un zurdo opcional detrás de Hernández, Quijada y Ortiz, para pasar a ser el encargado de sacar los outs siniestros en los últimos innings. La rotación, aún con sus carencias, tenía la tarea de dosificar sus pitcheos mas allá del 5to inning reglamentario en la liga cada vez que pudieran. La banca pasó a ser usada en casos de emergencia, para darle total paso a los regulares mientras estuvieran sanos, en fin, López compactó lo mejor posible sus piezas para pitchear con lo que tuviera, batear con quienes tuviera, y defender con quienes tuviera, sin esperar milagros ni salvadores.
La bendición y maldición para Caribes ha sido la poca cantidad de MLB que vienen al "chico", si se compara con escuadras como Aragua, Leones y Magallanes. Pierden bates como los Arcia, guantes como Adrianza y brazos como Álvarez, pero a su vez les da la posibilidad de atacar falencias con importados y no esperar a que los salvadores vengan a aliviar sus necesidades.
En la etapa final, contra unos peligrosos Leones y unos favoritos Cardenales, la filosofía del conjunto fue la misma, compactar al punto de usar a los jugadores indispensables, y en base a esa estructura ver que se podía conseguir. Es asi como Freddy García se convierte en una opción para la rotación, el hombre de la experiencia que te pudiera poner adelante en la serie o forzarte un séptimo juego, por encima de un henderson Álvarez que era una incógnita. Es por esta razón que se traen a Luis Sardiñas, sabiendo que cuentan con el mínimo de brazos necesario en el bullpen para contener un juego, y una rotación que por aquel entonces con Castillo, Thompson y Teller se veía lo bastante resistente para una serie de 7. Caribes entendió que el juego no es "por si acaso", la estructura de un equipo se debe reforzar en la medida en que se necesiten las piezas y estén disponibles.
Mérito también para la gerencia el hecho de no dejarse deslumbrar por números, y traer refuerzos de experiencia y que conocieran la liga y su postemporada. García, Sardiñas, Darnell y Navas fueron aciertos porque sabían a que se enfrentarían con anterioridad, mientras que un novato o un importado con poco tiempo en el país, con la notable excepción de Nick Struck, era una lotería.
Lo mejor para la tribu es que varias de sus piezas aún son jóvenes, si contamos a los aún ventiañeros Astudillo, Ortega, Valera, Telis, Breto y Guaipe, sumado a novatos que apuntan a compenetrarse rápidamente en el equipo y darle unas cuantas zafras mas de pelea.
Sin embargo, esto no luce como el inicio de una dinastía oriental.
René Reyes y Luis Jiménez ya están quemando sus últimos cartuchos, Balbino comenzará a jugar con la espada de las grandesligas en cualquier momento sobre su cuello, y a excepción de Domoromo no parece que hayan bateadores de fuerza que complementen el núcleo. Castillo lució errático en varios compases de la zafra, Cáramo debe demostrar que su alto WHIP no se verá abultado por el estadio, y la dupla Yorfrank López - Joseph Ortiz puede cambiar de equipo en cualquier momento, o ser dejados libres, por lo que la gerencia no debe dormirse en las sábanas de un título y comenzar a trabajar con vista en el futuro.
Ahora la tribu va a México con una filosofía y una estrategia que puede ser beneficiosa. Con la capacidad de tomar refuerzos relativamente activos tras sus derrotas, y con la sapiencia de López para elegir que realmente necesita, el título luce alcanzable. Con pocos grandesligas que descartar por lo cercano del Spring Training, Caribes irá a México con el mismo núcleo de juagdores que clasificó, derrotó a los 3 líderes de la tabla en sucesión, y se coronó.
La bendición y maldición para Caribes ha sido la poca cantidad de MLB que vienen al "chico", si se compara con escuadras como Aragua, Leones y Magallanes. Pierden bates como los Arcia, guantes como Adrianza y brazos como Álvarez, pero a su vez les da la posibilidad de atacar falencias con importados y no esperar a que los salvadores vengan a aliviar sus necesidades.
En la etapa final, contra unos peligrosos Leones y unos favoritos Cardenales, la filosofía del conjunto fue la misma, compactar al punto de usar a los jugadores indispensables, y en base a esa estructura ver que se podía conseguir. Es asi como Freddy García se convierte en una opción para la rotación, el hombre de la experiencia que te pudiera poner adelante en la serie o forzarte un séptimo juego, por encima de un henderson Álvarez que era una incógnita. Es por esta razón que se traen a Luis Sardiñas, sabiendo que cuentan con el mínimo de brazos necesario en el bullpen para contener un juego, y una rotación que por aquel entonces con Castillo, Thompson y Teller se veía lo bastante resistente para una serie de 7. Caribes entendió que el juego no es "por si acaso", la estructura de un equipo se debe reforzar en la medida en que se necesiten las piezas y estén disponibles.
Mérito también para la gerencia el hecho de no dejarse deslumbrar por números, y traer refuerzos de experiencia y que conocieran la liga y su postemporada. García, Sardiñas, Darnell y Navas fueron aciertos porque sabían a que se enfrentarían con anterioridad, mientras que un novato o un importado con poco tiempo en el país, con la notable excepción de Nick Struck, era una lotería.
Lo mejor para la tribu es que varias de sus piezas aún son jóvenes, si contamos a los aún ventiañeros Astudillo, Ortega, Valera, Telis, Breto y Guaipe, sumado a novatos que apuntan a compenetrarse rápidamente en el equipo y darle unas cuantas zafras mas de pelea.
Sin embargo, esto no luce como el inicio de una dinastía oriental.
René Reyes y Luis Jiménez ya están quemando sus últimos cartuchos, Balbino comenzará a jugar con la espada de las grandesligas en cualquier momento sobre su cuello, y a excepción de Domoromo no parece que hayan bateadores de fuerza que complementen el núcleo. Castillo lució errático en varios compases de la zafra, Cáramo debe demostrar que su alto WHIP no se verá abultado por el estadio, y la dupla Yorfrank López - Joseph Ortiz puede cambiar de equipo en cualquier momento, o ser dejados libres, por lo que la gerencia no debe dormirse en las sábanas de un título y comenzar a trabajar con vista en el futuro.
Ahora la tribu va a México con una filosofía y una estrategia que puede ser beneficiosa. Con la capacidad de tomar refuerzos relativamente activos tras sus derrotas, y con la sapiencia de López para elegir que realmente necesita, el título luce alcanzable. Con pocos grandesligas que descartar por lo cercano del Spring Training, Caribes irá a México con el mismo núcleo de juagdores que clasificó, derrotó a los 3 líderes de la tabla en sucesión, y se coronó.